Motivos negativos que afectan en el entrenamiento
Para mejorar en el entrenamiento, te damos un decálogo de las diez situaciones que hay que evitar para sufrir problemas que repercutirán de manera negativa.
El entrenamiento constante siempre es sinónimo de resultados satisfactorios y gratificantes, sobre todo si se sostiene en el transcurso del tiempo.
Y para lograrlo hay que vencer diferentes temas, como el dolor, la fatiga, la desmotivación y, también, el no ver los resultados esperados.
Para que esto último no pase es necesario evitar posibles problemas que repercutirán en nuestro entrenamiento.
Los 10 motivos
1-Tener una actitud incorrecta: muchas personas dedican, cuando están el gimnasio, más tiempo a su celular que al entrenamiento. Lo ideal es estar concentrado en los ejercicios que se están haciendo y también respetar los tiempos de descanso y no enfriarse.
2-Entrenar lesionado: desde una pequeña tendinitis hasta una rotura de un ligamento o fractura, las lesiones son motivo de reposo y recuperación total antes de volver al entrenamiento. En muchos casos, las lesiones se agravan si no se hace el reposo necesario.
En todo caso, si la lesión no es grave y nos permite seguir realizando ejercicio, se recomienda cambiar la actividad física habitual -o los ejercicios que solemos realizar- por una que evite el impacto en la zona afecta. Por ejemplo, si generalmente se corre y se inflama un tendón del pie (fascitis plantar) lo ideal es cambiar la actividad cardiovascular por la bicicleta o el elíptico.
3-Entrenar sin haber ingerido alimentos: intentar quemar más calorías teniendo el estómago vacío puede volverse en contra, porque el cuerpo necesita tener las reservas de glucógeno en su nivel para poder soportar y llevar a cabo un entrenamiento efectivo.
Para ello se recomienda una merienda pre-entrenamiento que contribuya con la energía necesaria para llevar a cabo el ejercicio, con lo cual se mejorará el rendimiento. Algunas opciones son ingerir una banana con yogur, o un batido de proteínas antes de comenzar la rutina.
4-Dormir mal o pocas horas: si no estás durmiendo lo suficiente tu ritmo cardíaco estará desincronizado, haciendo que el cuerpo se debilite y soporte cada vez menos el entrenamiento. Según la Fundación Nacional del Sueño, el adulto promedio debe dormir siete horas diarias.
5-Falta de intervalos de descanso: en varias ocasiones los entrenamientos no nos dejan tiempo para la recuperación, por cual se acrecientan los dolores y el cansancio.
Durante la recuperación, las células musculares se abastecen de combustible, teniendo como resultado un mejor desarrollo de masa muscular y aumento de energía.
La cantidad de tiempo de recuperación se obtendrá dependiendo de la intensidad del entrenamiento. Es decir, mientras más intenso sea el entrenamiento, más tiempo se necesitará para recuperarse.
6-Entrenar deshidratado: un pequeño grado de deshidratación puede causar graves estragos en el rendimiento físico. Un 2% de deshidratación equivale a un 10% de menor rendimiento.
Cuando el cuerpo está deshidratado, es más propenso a los mareos, calambres y dolores de cabeza durante y después de entrenar. Por lo tanto, se recomienda consumir agua durante todo el entrenamiento a fin de que los niveles de hidratación no desciendan considerablemente produciendo tales efectos.
Por otra parte, para determinar si estamos deshidratados, basta con revisar el color de la orina. Si está en un tono casi transparente estamos hidratados, mientras que si tiene un fuerte color amarillo es porque se necesita agua.
7-El entrenamiento es demasiado intenso: establecer metas inalcanzables en la rutina de entrenamiento es una de las razones más frecuentes por las cuales se obtienen malos resultados.
Cuando recién se empieza a entrenar es mejor concentrarse en la técnica más que en el peso y las repeticiones, para así obtener los mejores resultados posibles.
8-No hay un plan de entrenamiento adecuado: para lograr los objetivos es imprescindible tener una rutina de ejercicios que establezca los músculos que se van a trabajar y la cantidad de repeticiones que se realizarán.
Por eso lo ideal es contar siempre con el asesoramiento de un profesor o de un personal trainer.
9-Alimentarse mal: aunque se entrene muy duro, si la alimentación se basa en comida chatarra como hamburguesa y papas fritas el esfuerzo no tendrá sentido.
El cuerpo es como un vehículo que necesita combustible para su buen funcionamiento. Y en este caso el combustible son los nutrientes que aportan alimentos saludables como las proteínas magras, verduras, frutas y grasas saludables, obteniendo así la energía necesaria para llevar a cabo un buen entrenamiento.
Comer mal se reflejará directamente en un cuerpo cansado y sin energía, el cual no rendirá de la manera necesaria al realizar cualquier ejercicio.
10-Entrenar estando enfermo: el dolor muscular, malestar general, dolor de cabeza y falta de energía pueden ser una señal de que se está frente a un resfriado o algo peor. En estos casos se debe guardar reposo en casa hasta que estemos recuperados.