El síndrome piramidal: cómo prevenirlo
Un pequeño músculo que parte del sacro y recorre la pelvis por el agujero ciático mayor. Cuando se hace más grande, por una sobrecarga o contractura, puede aplastar y comprimir las estructuras que tiene alrededor como son vasos y nervios, provocando dolor. Ejercicios para curarlo.
Seguramente muchas personas, al entrenarse, sintieron alguna vez un dolor localizado en la zona del glúteo y que, en ocasiones, se prolonga por la parte posterior del muslo. Esa molestia puede confundirse con una lumbalgia o ciática, pero en la mayoría de los casos el verdadero problema es el piramidal.
¿Qué es el piramidal? Un pequeño músculo que parte del sacro y recorre la pelvis por el agujero ciático mayor, para terminar en la parte alta del fémur (trocánter mayor). Cuando este músculo se hace más grande, por una sobrecarga o contractura, puede aplastar y comprimir las estructuras que tiene alrededor y que salen de la pelvis con él, como son vasos y nervios, provocando ese dolor que se describía anteriormente.
El piramidal tiene la función de rotador externo de la cadera y abducción (separación de pierna hacia fuera). Es un músculo muy utilizado en la carrera, muy requerido en las zancadas amplias -sobre todo en series y competiciones- y en los impactos en terrenos duros e irregulares.
La causa fundamental que suele desencadenar este dolor es la sobrecarga de entrenamiento, correr en terrenos duros y, sobre todo, no hacer estiramientos. Este músculo es uno de los considerados “músculos papelera” del organismo, esto quiere decir que tiene tendencia a almacenar todas las toxinas y desecho que pasan por él.
Para evitar el temido síndrome del piramidal lo que se debe hacer es estirar la musculatura después de un entrenamiento de carrera, y también es muy importante el fortalecer las abdominales (sobre todo transverso abdominal y oblicuo) y los lumbares.