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Citla, el perro guardián del Pico de Orizaba

Citla fue un perro mestizo que habitó en el volcán Citlaltépetl, conocido como el Pico de Orizaba, la montaña más alta de México.

Durante más de una década, Citla se convirtió en un guía y protector para los alpinistas que ascendían la montaña, acompañándolos en sus travesías y, en ocasiones, ayudando a quienes se encontraban en dificultades debido al mal de altura o desorientación.

Se cree que Citla llegó al Pico de Orizaba durante la construcción del Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, cuando un albañil lo llevó consigo.

Al concluir la obra, Citla decidió permanecer en la montaña, donde desarrolló una notable resistencia a las bajas temperaturas y a las condiciones extremas del entorno.

A lo largo de su vida en el volcán, Citla fue testigo y partícipe de numerosas historias de rescate. Montañistas de diversas nacionalidades relatan cómo, en momentos de peligro, Citla aparecía para guiarlos de regreso al refugio o al sendero correcto, salvándolos de situaciones potencialmente mortales.

Citla, un guardián eterno

Citla falleció el 28 de septiembre de 2017 en Ciudad Serdán, Puebla. Su partida dejó una profunda huella en la comunidad montañista, que lo recuerda con cariño y respeto. En honor a su memoria, se han erigido monumentos y se han compartido numerosas fotografías que atestiguan su presencia en el Pico de Orizaba.

La historia de Citla ha trascendido en la cultura popular, siendo objeto de artículos, videos y relatos que destacan su valentía y dedicación como el «ángel guardián» del Pico de Orizaba.