Corre 8k con sólo ocho años
Mezclado entre corredores experimentados y novatos, preparado para lo que su madre había planeado como una jornada participativa y tranquila en la carrera 8k de Concepción, estaba Alejo Orellana Casmuz, un niño de tan solo ocho años.
Luciana, su mamá, se había preparado para participar en la categoría 3k, una meta personal que le permite disfrutar del deporte en compañía de su hijo. La carrera comenzó de manera normal. Luciana completó su circuito de 3 kilómetros, pero al llegar al punto de encuentro se dio cuenta de que Alejo no estaba. La angustia la invadió de inmediato.
8k, entre la preocupación de la madre y la felicidad del niño
“Cuando terminé mi carrera y regresé al punto de encuentro me dijeron que Alejo no estaba. Me preocupé muchísimo. Me acerqué a la organización y les expliqué que había un niño de ocho años que anda perdido. Para mí estaba en cualquier parte de la ciudad”, relató Luciana.
Sin mapas ni guías, el pequeño corredor seguía el ritmo de los atletas motivado por una fuerza interna que sólo él entendía “No estaba perdido, seguí corriendo porque sentía que podía. En mi cabeza me decía a mí mismo: ‘¡Vamos, Alejo! No pares, no te rindas’”, explicó el niño con una enorme sonrisa.
Los minutos pasaban y la incertidumbre crecía, pero entonces ocurrió lo inesperado. Entre los primeros corredores en cruzar la meta de los 8 kilómetros apareció Alejo. Su figura, pequeña pero decidida, dejó a todos boquiabiertos. Había completado el circuito en tan solo 38 minutos y 3 segundos, un tiempo impresionante para cualquier corredor, más aún para alguien de su edad.
“Cuando lo vi llegar en sexto lugar no lo podía creer. ¡Era Alejo! Había completado 8 kilómetros en un tiempo impresionante. Salté de felicidad, lloré. Fue hermoso verlo cruzar la meta”, recordó Luciana aún emocionada. Alejo, agotado pero feliz, buscó a su madre entre la multitud y ahí estaba ella esperándolo con los brazos abiertos.