En tiempos de pandemia, el interrogante sobre cuándo se puede volver a correr tras vacunarse contra el Covid-19 se ha vuelto una costumbre.
Lo cierto es que en primera instancia, la reacción del runner a la aplicación de la dosis es lo que afecta al retorno en la actividad. En muchos casos, el impacto es grande y por más ganas que haya, será imposible realizar un trote siquiera.
A pesar de ello, de acuerdo a los médicos consultados, la recomendación pasa por dejar transcurrir entre 24 y 48 horas sin llevar adelante entrenamientos exigentes.
Si alguien desea salir a correr, lo puede hacer sin inconvenientes, aunque lo aconsejable es no hacer más que un trote, evitando rutinas cansadoras o al 100% de nuestros esfuerzos.
Luego de ello, si no se producen molestias por la aplicación, se puede retomar con total normalidad.
¿Cuándo volver a correr si tuve Covid?
Para los runners que han padecido Covid, la respuesta respecto al tiempo para volver a la actividad radica en el impacto que haya tenido el virus en el cuerpo.
Así lo señalan los especialistas: “Los que fueron asintomáticos y no tuvieron problemas podrán volver a correr con mucha mayor facilidad que los que presentaron un cuadro febril o con dolores. Otro tipo de paciente es aquel que requirió internación”.
“Normalmente, los que pasaron por un estado agudo, quedan con algún tipo de molestia. Si alguien tiene síntomas, esto se puede prolongar por entre dos y tres meses posteriormente al período infeccioso”, remarcan.
Chequeos médicos
A su vez, también sobresale la importancia de los estudios y controles previos a la vuelta a la rutina: “Para retomar la actividad física de entrenamiento, hace falta hacerse un chequeo médico, sobre todo cardiovascular, respiratorio y sanguíneo, principalmente para ver que el Covid no nos haya dejado secuelas que nos postergue el inicio del entrenamiento”.
Es por eso que desde el punto de vista del runner, lo que quiere decir es que se puede volver a realizar la actividad, aunque no con el entrenamiento al que se estaba acostumbrado. “Se puede volver a correr, pero no al ritmo que teníamos antes de la enfermedad, sino con un trote lento y estando atentos a las percepciones que tenemos al realizar el esfuerzo”, explican los especialistas.
“Es muy común que no se pueda rendir al nivel que se tenía antes de padecer la enfermedad y cuando se estaba totalmente sano. Pero a pesar de ello, se puede realizar una estrategia de reacomodamiento o readaptación cardiorespiratoria para llegar en un lapso de entre cuatro u ocho semanas a la instancia previa”, cierran.