San Silvestre: Motivos para correr la última carrera del año
La Carrera San Silvestre es un clásico que año a año sirve para cerrar la temporada. No importa si estás en España, Argentina o Brasil, entre otros lugares donde se realiza.
Aparcar el trabajo y el ritmo frenético que marca el estrés puede ser una buena excusa para calzarse las zapatillas y salir a correr un poco.
Mantener una actividad física constante, aunque sea ligera, no es fácil, hay momentos en que cunde el desánimo o las ocupaciones vencen. Para los momentos de crisis es bueno tener un objetivo.
«La San Silvestre es una carrera muy atractiva para animarte a continuar entrenando; se celebra durante un día señalado y tiene un seguimiento de espectadores como en ninguna otra carrera en cualquier parte del mundo. Aunque vayas muy cansado te sientes arropado constantemente, te aplaude gente que no te conoce de nada, lo que satisface bastante», indican los amantes del atletismo
¿Quién corre la San Silvestre?
Según los especialistas, hay dos clases de participantes: unos van a pasar un buen rato, a correr con sus amigos. Este tipo de corredor suele entrenar dos o tres veces por semana. «Luego estamos los locos que queremos superar nuestra marca del año anterior”.
Para preparar la carrera, lo ideal es realizar entre cinco y seis sesiones de actividad aeróbica a la semana, tres de ellas de carrera continua, una de entrenamiento interbálico para mejorar la velocidad máxima y los otros dos o tres días los dedica a natación -entre 1.000 y 1.500 metros-, bicicleta estática o cualquier otro tipo de máquina de ejercicio aeróbico.
Precauciones básicas
Las características de la San Silvestre la hacen diferente a cualquier otra carrera, por lo que se deben guardar algunas precauciones: «Hay que calentar adecuadamente en cada entrenamiento. Mucho más importante es hacerlo bien antes de empezar, sobre todo porque es de noche y suele hacer bastante frío».
También se debe preparar especialmente el día de la carrera. Se aconseja dormir bien la noche anterior y desayunar abundantemente. La comida no debe ser copiosa, es preferible que contenga algo de hidratos de carbono (pasta, arroz).
Aunque haga frío o calor (dependiendo si uno la corre en Argentina, Brasil, o España), y se corra en un ambiente húmedo resulta vital hidratarse bien, se aconseja beber toda el agua posible «hasta que la orina este clara; esa es la mejor muestra que se está hidratado».
Comer mucho antes
El experto recomienda terminar de comer por lo menos tres horas antes del inicio del calentamiento, que debe preceder en una hora al comienzo de la carrera. «Hay que tener en cuenta que son más de 10.000 personas las que corren. El calentamiento es complicado. Además, antes de empezar te encierran para salir, este momento es clave, porque si no te mueves puedes enfriarte. Hay que mantenerse caliente hasta el momento del pistoletazo de salida».
Y el consejo más importante: correr siempre dentro de las posibilidades reales de cada uno. «La San Silvestre es una carrera complicada, porque la primera mitad es todo bajada, se corre muy fácil, pero no hay que gastar todas las energías, porque la parte final es mucho más dura y finaliza en cuesta».